lunes, 8 de febrero de 2010

Barcelona


Un día, estaba corriendo en un parque cerca de mi casa cuando un hombre chino vio mi pelo rubio y inmediatamente supo que era una americana. Él estaba perdido y no hablaba español; el hombre me pidió por direcciones a “Casa Mila.” Al tiempo yo olvidaba que La Padrera también se llama Casa Mia; fue un momento rubio.

Después de estaba tratando encontrar Casa Mila en una mapa y di direcciones por algunos minutos, otro hombre catalana nos pidió si necesitamos ayuda. El hombre chino trató a pedir el hombre catalana para direcciones pero el hombre catalana no hablaba inglés. El hombre catalana me pidió si hablaba castellano. Era la primera vez que una persona catalana pensó que pude hablar castellano; usualmente todo el mundo ve mi pelo rubio y inmediatamente asume que no hablo castellano. Por el otro lado, en los estados unidos todos los americanos siempre asumen que todos los turistas deben hablar inglés; la gente de Barcelona tiene mucha más paciencia por turistas que no hablan castellano o catalán. Después de algunos minutos de explicando, el hombre catalana me dio direcciones a Casa Mila y yo traduje a inglés para el hombre chino. Todavía no sé si el hombre chino encontró La Padrera pero soy muy contenta que el hombre catalana asumió que yo hablo castellano.

Mi momento rubio me causa hablar en español y traducir español a inglés en un situación que no estaba necesario.

Dublin


Mi semestre en Europa empezó en el país incorrecto, mi vuelo de Dublín a Barcelona había anulada. En el primer día mi pelo rubia me causó estar perdida en el aeropuerto y los calles de Dublín por tres días. Cuando finalmente salí el aeropuerto el primer día estaba tan cansada que dormí en el autobús al albergue y casi perdí mi parada. Más tarde, después de fui a cenar, no pude encontrar el albergue.

Todos de estos momentos rubios resultaron en una experiencia mucha más interesante. Cuando accidentalmente dormí en el autobús, aprendí que la gente de Dublín son MUY diferentes que la gente de los estados unidos; el conductor del autobús me despertó cuando llegamos a mi parada. Este tipo de acto de bondad es muy raro en los estados unidos porque la vida en Dublín es menos rápida y tensa. Este diferencia resulta en una población más contenta, relajada y simpática. Durante el resto de mi viaje descubrí que los ciudadanos de Dublín están tan provechosos y simpáticos porque tienen un amor genuino por su ciudad y su historia. En vez de odiando los turistas porque contaminan la cultura, los irlandés quieren que todos los visitantes entienden y enojan su cultura y historia; por eso, den el mejor consejos y siempre quiere ayudar los turistas.

Mis momentos rubios en Dublín me permitieron conocer la gente de Dublín y entender su estilo de vida.