Mi semestre en Europa empezó en el país incorrecto, mi vuelo de Dublín a Barcelona había anulada. En el primer día mi pelo rubia me causó estar perdida en el aeropuerto y los calles de Dublín por tres días. Cuando finalmente salí el aeropuerto el primer día estaba tan cansada que dormí en el autobús al albergue y casi perdí mi parada. Más tarde, después de fui a cenar, no pude encontrar el albergue.
Todos de estos momentos rubios resultaron en una experiencia mucha más interesante. Cuando accidentalmente dormí en el autobús, aprendí que la gente de Dublín son MUY diferentes que la gente de los estados unidos; el conductor del autobús me despertó cuando llegamos a mi parada. Este tipo de acto de bondad es muy raro en los estados unidos porque la vida en Dublín es menos rápida y tensa. Este diferencia resulta en una población más contenta, relajada y simpática. Durante el resto de mi viaje descubrí que los ciudadanos de Dublín están tan provechosos y simpáticos porque tienen un amor genuino por su ciudad y su historia. En vez de odiando los turistas porque contaminan la cultura, los irlandés quieren que todos los visitantes entienden y enojan su cultura y historia; por eso, den el mejor consejos y siempre quiere ayudar los turistas.
Mis momentos rubios en Dublín me permitieron conocer la gente de Dublín y entender su estilo de vida.